Las mujeres diversas y el pueblo peruano después de 200 años de independencia tenemos la oportunidad de ver a un verdadero hijo del pueblo en el gobierno. Pedro Castillo, del pueblito de Puña en Chota- Cajamarca, cuna de las Rondas Campesinas. Es un líder rondero, agricultor, profesor de primaria en una escuela rural, que nació de estas bases y representa las esperanzas y el cambio; sobre todo, para las mujeres y pueblos considerados de segunda y tercera categoría y postergados históricamente; que enfrentamos las políticas de muerte y vivimos el impacto de la violencia extractivista neoliberal, colonialista y patriarcal en nuestros cuerpos-territorios-tierra. El mayor porcentaje de votación superando el 70% y 90% estuvo en los territorios que resistimos al extractivismo minero llamado “corredor minero”; Espinar, Chumbivilcas, Cotabambas, Huari, Yauli, Cajamarca, Celendín, Arequipa, Islay, Pasco, Huancabamba, Ayabaca, Kañaris entre otros. Esto significa el grito de las mujeres y pueblo que sufrimos y queremos cambios profundos, exigencias de una asamblea constituyente, popular, plurinacional, paritaria, diversa, soberana y ecológica y sobre todo exigencias de un modelo de vida de transición hacia una economía para la vida, que este en armonía con la Pachamama, las mujeres y nuestros pueblos diversos. Para las feministas comunitarias y populares de la Marcha Mundial de las Mujeres Macronorte Perù, estas elecciones han significado el enfrentamiento de la vida contra la muerte. Por un lado, el Fujimorismo liderado por la señora Keiko Fujimori, hija el dictador Alberto Fujimori, ex dama de la Nación, por tal motivo cómplice: de las esterilizaciones forzadas de miles de mujeres indígenas y campesinas; de la matanza de barrios altos y la cantuta; de la persecución de lidere sociales; y crímenes de Leza humanidad. Sumado a ello, el fujimorismo ha llevado 20 años en el poder con mayoría parlamentaria, flexibilizando leyes medioambientales, perpetuar la constitución del 93 que su padre nos impuso, actualmente, investigada por corrupción y lavado de activos. En la primera y esta segunda vuelta tuvo a los medios de comunicación y todos los poderes económicos, quienes hicieron una grotesca campaña de desprestigio y manipulación; racista, clasista, de terruqueo y miedo, que polarizo y enfrentó al país. Y valiéndose de la categoría mujer, se autodenominaba representante nuestra, apropiándose de la lucha historia de todas las mujeres y feministas. Si llegaba al poder, era enfrentarnos a la personificación de todos estos sistemas de opresión y de muerte juntos. Mientras por otro lado, estaba Castillo un líder que surgen del pueblo, con las manos limpias y en condiciones de desventaja, se enfrentaba a ese monstruo que pisa fuerte. Es importante mencionar que las condiciones en las que llega Castillo como representante legítimo de una izquierda popular, está relacionado una izquierda dividida electorera que ha sido parlamentarizada y coptada por los intereses del sistema neoliberal, y, que por años ha estado a espaldas del pueblo: sin hacer trabajo de base, sin dialogar con las organizaciones sociales, fortaleciendo caudillismos y haciendo campaña detrás de un escritorio. En estos contextos la candidatura de Castillo surge de las sombras, pero se venía cuajando en las luchas históricas de nuestros pueblos andinos, obligando a las izquierdas a repensar su camino, poniendo en el centro del debate “el poder popular” y que convoca a una unidad de la izquierda para enfrentar lo que se viene. Con un parlamento en su mayoría de derecha, y la arremetida fujimorista, que ya ha iniciado con un proceso legal de impugnación de 802 actas electorales para impedir la legitimidad de castillo en la Presidencia. Las mujeres diversas y el pueblo oprimido no hemos parado de movilizarse desde noviembre del año pasado y estamos atentos y vigilantes, exigiendo se respete la voluntad popular y el estado de derecho. Así mismo, en este proceso electoral y en los próximos años, quienes la tenemos difícil, somos las mujeres diversas. En tanto, nuevamente hemos sido invisibilizadas y relegadas nuestras luchas como mujeres. Si bien es cierto Castillo es un representante legítimo del pueblo, eso no significa que los partidos de izquierda y el mismo, estén despatriarcalizados. Las mujeres feministas populares y comunitarias de las diferentes organizaciones articulada en la MMM Macronrote hemos hecho un llamado a organizarnos y a fortalecer nuestras organizaciones para construir poder popular e incidir en los cambios, instando a problematizar la vida en colectivo para descubrir el mundo de la opresión y llevar la educación popular a todos nuestros espacios, como instrumento de dialogo hacia un proceso constituyente y de transformación. Así mismo, nos estamos preparando hacia el Campamento Feminista Macroregional que lo realizaremos en julio del 2021 preparatorio también al encuentro de la MMM las Américas. Así mismo, estamos llamando junto a otras organizaciones a un encuentro nacional de feministas comunitarias, populares y territoriales, porque la única manera de lograr cambios, exigir la asamblea constituyente y luchar por nuestra liberación es en organización.
¡Resistimos para vivir, marchamos para transformar! We resist to live, we march to transform! Nous résistons pour vivre, nous marchons pour transformer ! Resistimos para viver, marchamos para transformar!