El Capítulo Cubano de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMM) se reconfigura y actualiza asumiendo nuevos retos desde los cuidados con una mirada militante. A decir de una de sus integrantes, Maura Febles Domínguez el regreso de las mujeres a la permanencia en el espacio privado, tiene, en primer lugar una carga simbólica de “la mujer en la casa”, con todo lo que implica a nivel de imaginarios, de percepciones, de cotidianidades en las que están creciendo los hijos e hijas…etc. Para Febles Domínguez, quien es investigadora del Instituto Cubano de Filosofía, las cubanas son protagonistas en todos los frentes de resistencia, primero con una experiencia en enfrentar 60 años de bloqueo y todas las consecuencias no sólo económicas que ha significado para la vida de generaciones de cubanos y cubanas, en términos de reinventar una y otra vez las dinámicas cotidianas sorteando las precariedades; están en las líneas de dirección del país, en los resultados de la biotecnología que han posibilitado los 5 candidatos vacunales que hoy tenemos, y también son protagonistas en la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidados que ha agudizado la pandemia de más de un año. Agrega que el hecho de que la participación de las mujeres cubanas en el espacio público y de decisiones haya aumentado en estas últimas décadas también, implica un aumento de la doble y triple jornada que son los trabajos domésticos, comunitarios y de cuidado de la vida, significa que aún quedan muchos desafíos en el abordaje, la conceptualización y las propuestas sobre el tema de la redistribución del trabajo reproductivo en Cuba. “Llevar de la mano el feminismo como herramienta útil de trabajo para la transformación de un país mejor y más inclusivo implica establecer nexos entre áreas que popularmente no tienen relación. ¿Qué pasa en un contexto como este si las mujeres no son mayoritariamente las dueñas de los negocios privados y sí trabajadoras informales? ¿Qué pasa si salen embarazadas en esta etapa y están vinculadas a esos puestos de trabajo? ¿Qué pasa si en un empleo estatal las relaciones laborales están establecidas sin tener en cuenta situaciones de cuidado y mantienen dinámicas de violencia ahora trasladadas al espacio de tele-trabajo? Maura sigue con una invitación“Pensemos sólo un momento en las tantas variables que atraviesan esas situaciones de territorialidad, raciales, etarias que nos llevan a plantearnos más preguntas sobre quiénes son las mujeres que están en teletrabajo, qué familias no tienen las condiciones materiales, de espacios y de tiempos para asumir la educación de los menores de la casa, o cómo hace una familia monomarental para dedicar varias horas del día a la gestión de recursos imprescindibles para la vida. “Pensemos también, en el caso nuestro, cuánto más son afectadas las mujeres, en tanto son en su mayoría las que llevan las dinámicas hogareñas, cuando la crisis económica, reforzada mil veces por la pandemia y otros males, demanda más tiempo, recursos, esfuerzos para realizar las mismas actividades que antes. Las implicaciones, por lo general apuntan a una disminución del nivel de nutrición familiar, pero en particular de las mujeres, que se sacrifican para alimentar mejor a menores o mayores de edad, y una reducción considerable u omisión de tiempos de autocuidado, de ocio y de descanso para ellas. “Significa que es un tema que requiere estudiarse desde diversas miradas y apuestas. Es también un momento de oportunidad para ampliar la noción naturalizada de los cuidados y contribuir a una apuesta de corresponsabilidad que implique vínculos entre cuidados diversos y no sólo a los creados por las familias. Para ello es imprescindible integrar instituciones, mercados, comunidades y experiencias productivas como responsables de la sostenibilidad de la vida de todas las personas. Romper con la separación de espacios productivos y reproductivos. Esto último tiene una implicación mayor, pues nos lleva al terreno “duro” de la economía, en una apuesta por construir economías solidarias, procesos colectivos de autoorganización, e iniciativas capaces de incrementar la autonomía frente al mercado.
Según la investigadora esta idea de vínculo, de interrelación, más bien de interdependencia ha sido clave para la MMM en ese propósito bidireccional de que el feminismo que queremos consiste en cambiar la vida de las mujeres para cambiar el mundo, y en cambiar el mundo para cambiar la vida de las mujeres, en un mismo movimiento. “La MMM como colectivo tiene en su centro el compromiso profundo con la transformación de la sociedad, con la lucha por el fin del capitalismo, del patriarcado y del racismo, y contra manifestaciones de desigualdad y discriminatorias de cualquier índole en cualquier territorio. En ese empeño ha sido muy útil y lo seguirá siendo contar desde la marcha con las diversas acciones que han realizado las propias mujeres en este tiempo, mediante sus redes de apoyo, las formales y las más espontáneas y que se han ocupado de la protección y apoyo a víctimas de violencia, estrategias productivas territoriales para la sostenibilidad alimentaria en los barrios de menor acceso a alimentos, iniciativas comunitarias de participación popular en los procesos asociados a la prevención de contagio, entre muchas otras.
“El mayor desafío que visualizamos como Capítulo Cubano y en general para todo lo que significa la MMM es el planteamiento de ¿cómo seguir con un movimiento feminista en la nueva dinámica impuesta por la pandemia que implica un replanteo ético, metodológico, organizativo a la par que demanda una necesidad mayor de acceso a recursos tecnológicos? Pensar en una reorganización de la manera en que hemos actuado hasta ahora implica un reto en sí mismo, además de que es una situación que nos mantiene en la incertidumbre, y que puede continuar mucho tiempo de este modo. “Por lo pronto, y más delineado, para Cuba es urgente el vínculo de herramientas y experiencias que contribuyan al acompañamiento del reordenamiento económico desde una perspectiva de género y feminista, poniendo como punto rojo el tema de cuidados, pero no el único; asumir modos de producción y reproducción de la vida como principal criterio de distribución, reconocimiento e inclusión social.”
¡Resistimos para vivir, marchamos para transformar! We resist to live, we march to transform! Nous résistons pour vivre, nous marchons pour transformer ! Resistimos para viver, marchamos para transformar!